Rugby tucumano: los números del juego en tiempos de pandemia
El analista de videos Esteban Valdéz presentó ante un grupo de 25 árbitros un informe con datos del análisis del juego que realizó sobre 15 partidos disputados en Tucumán, en dos meses de torneo que la nueva ola de la pandemia permitió jugar.
“Se trató de compartir un resumen de cómo estamos y sobre lo que tenemos que corregir”, destacó el titular de la Comisión de Árbitros de la URT, Fernando Martoni, quien junto con el responsable de la Secretaría Técnica, Maxi Cáceres Cano, fue anfitrión del encuentro virtual, la noche de este jueves y en la previa de otro fin de semana sin competencia.
El reporte de Valdéz se enfocó en siete ejes: scrum, line, tackle, ruck, maul, juego sucio y juego general y en las penalizaciones en cada ítem.
Una de las principales conclusiones fue el tiempo neto de juego: 29 minutos, lo cual, coincidieron todos, “no está mal para el contexto de pandemia, que impide la continuidad del juego”.
“Lo ideal es que haya mucho tiempo de juego neto, que ustedes tengan que tocar el silbato lo menos posible y lograr un juego dinámico”, compartió Valdéz ante los pitos y agregó que “en 2019, sin pandemia, el promedio de juego neto en Tucumán fue de 37 minutos. Muy bueno, cercano a la URBA, que era de 40 minutos”. Y dejó un dato del profesionalismo: “En la actualidad, el promedio de juego neto en el Super Rugby que se juega en Nueva Zelanda, por ejemplo, es de 43 a 44 minutos…”
“Que en Tucumán, en 2021, tengamos un promedio de 29 minutos netos de juego es aceptable, si tenemos en cuenta que los jugadores estuvieron parados más de un año”, alentó Valdéz y apuntó que “en dos partidos de las cinco fechas disputadas se llegó a un pico: se jugaron 34 minutos”.
LOS PORQUÉS
En el detalle del análisis presentado surge que se pudo jugar poco en Tucumán, por eso Valdéz opina que “hay una tendencia del jugador tucumano de buscar mucho el piso”. Los datos lo avalan: porque en los puntos de encuentro, es decir, en donde se pueden dar dos situaciones, ruck o pelota viva, de los 180 puntos de encuentro contabilizados por partido, el 91% se dio en el ruck. Poca pelota viva, claramente. “Es donde se hace lento el juego”, analizó Valdéz.
El ruck encabeza las situaciones de juego penalizadas, con el 37%: le siguen el scrum (23%), el tackle (22%), el juego general (17%), el maul (6%) y el line (1%).
En el bendito ruck hubo 117 penales sancionados, en los que el 38% (45) se dio por no jugar de pie y el 28% por no liberar (33).
EL SCRUM
Los números del scrum preocupan, sobre todo por la prioridad siempre vigente de prevenir lesiones severas para los jugadores. Se sancionaron 90 penales de scrum, de los cuales 80 (el 89%) fueron por colapso, 9 por free kick (10%) y 1 por jugador desprendido.
EL TACKLE
Se sancionaron 86 penales: el 76% (65) por retención y el 20% por tackle alto.
En el ítem Juego General, Valdéz contabilizó 67 penales sancionados por los árbitros, discriminados en Off Side (45), Juego Sucio (19) y Obstrucción (3).
En situación de maul, los árbitros cobraron 23 penales, de los cuales, según el análisis de Valdéz, 12 fueron por entrar de costado (52%), 8 por derrumbe y 3 por obstrucción. Y en el line out, se sancionaron 5 penales en 15 partidos: 2 por cargas y abandono (40% cada uno) y 1 por off side.
Volviendo al scrum, otro dato del informe incomoda: en los partidos que se pudieron jugar hasta aquí en Tucumán (cuna del scrum) se formaron 252 veces, pero se pudieron jugar sólo 130 scrum. ¿El resto?: 90 fueron penalizados y 32 fueron reseteados.
Frente a estos números surgió la consulta sobre las tarjetas amarillas mostradas por los referís: 34 en 15 partidos, un promedio de 2 por partido.
¿Mucho, poco, cómo estamos, hacia dónde vamos? Estos fueron algunos de los interrogantes que dejó la presentación del analista tucumano, del datero por excelencia que tiene el rugby local y de la región, cuyo trabajo será bajado por la Comisión de Árbitros a los entrenadores (de Plantel Superior y Juveniles) para que, sobre todo, les llegue a los protagonistas: los jugadores.
Urge. Hace falta. Es información muy valiosa, una foto de la realidad. Una radiografía para aprovechar el parate vigente y volver -todos- mejores. Ojalá sea pronto…