«Algún cambio de dirección hay que hacer»

 «Algún cambio de dirección hay que hacer»

Los Pumas llegaron al final del Rugby Championship de la peor manera. 

El partido frente a los Wallabies lo dejó en claro, como que el equipo no quería más por ahora. Se jugó cometiendo muchos errores de disciplina en el juego. Sin ideas, sin sorpresas rugbísticamente hablando. A esto hay que sumarle el estado anímico del plantel. Nunca estuvo a la altura de lo que significa participar o competir en este magno torneo, por la calidad de los rivales. 

Si se buscan  justificativos, seguro que los encontraremos: la falta de tiempo para juntarse y tener partidos previos en preparación, el momento que vive el mundo con la pandemia. Pero lo que más preocupa son los errores forzados y no forzados durante el desarrollo de los partidos. Siempre se estuvo lejos del crecimiento que mostraba el equipo en estos últimos tiempos. 

Ni si quiera se plantó con lo básico y en cada partido quedó demostrado. Frente a los australianos estuvo a la vista que la columna del juego de un equipo no las tiene.

  

No se pudo destacar el scrum en este partido, ni en ninguno. El line también fue deficitario, también se falló en el tackle cosa que se venía o que parecía que se lo conservaba. En este partido no se pudo producir nada bueno, como para destacar, lo que sí la actitud y que fue acompañada por las individualidades que tiene el plantel. 

Australia tuvo tranquilidad porque jugó cómodo, marcó puntos cuando se lo propuso y en una ráfaga de muy buen rugby, con dinámica sumado el manejo de pelota que tiene por costumbre, en el segundo tiempo, saco las diferencia en el marcador que fueron definitivas. Los puntos vinieron con los cambios (7), es como decir los puntos estaban en el banco de suplentes. Los dos tries del tucumano Tomás Gallo y la gran actuación del capitán Julián Montoya fue lo destacable, esto quedó como un maquillaje de la pobre actuación de los Pumas en este partido,  32 a 17  con un parcial de 14 a 3, tiempo en la cual se terminó con un jugador menos por la amonestación de Lavanini .  

Pero detrás de la actuación de los Pumas en estos últimos tiempos ya se vislumbraba que no se estaba por un camino adecuado como para tener un final poco feliz, es decir parecía un final anunciado. 

La historia es evidente que no comienza acá, sin dudas que esto tiene un inicio más lejano, antes del Mundial 2019 todo parecía que venía creciendo y hasta se creyó que el equipo podía explotar en el Mundial de Rugby en Japón. Ocurrió todo lo contrario el equipo chocó con una realidad impensada. Es como que la preparación falló y se tomaron decisiones pocos afortunadas y en eso tuvo mucho que ver el staff, quizás se falló en la utilización de los jugadores, estrategia de planteos de los partidos, las ideas del staff que no le llegaron al plantel, los rendimientos individuales de algunos jugadores que no aparecieron, eso seguro que se llama manejo de grupo.

Desde ese tiempo ya se notó facetas del juego que en vez de evolucionar, comenzaron a involucionar . la solidez en el scrum que partido a partido se fue notando más, el line volvió a ser inseguro cuando se había logrado una eficacia importante, el manejo de  pelota con imprecisiones es decir esta suma de fundamentos hacían ver un equipo con un juego sin rumbo que no tenía definición a la hora de marcar puntos. 

Esta situación se agudiza  más al llegar a competir en un rugby de elite. Para cerrar esta visión de lo que está pasando voy a utilizar una frase que se la leyó mucho en la redes “habrá que barajar y dar de nuevo”,  llegó la hora de tomar decisiones  la competencia y los compromisos de partidos siguen. El Mundial en Francia es en el 2023, no hay que tener miedo de tomar decisiones de las cuales después se pueden arrepentir por no haberlas tomado.

Hoy en día las críticas son variadas, pero muy duras y profundas, es evidente que algún cambio de dirección hay que hacer. Esta delegación que nos representa tuvo muchos tropiezos en el camino y eso desgasta. No es bueno llorar sobre la leche derramada. El equipo se muestra sin rumbo y lejos de un patrón de juego. 

Manuel Cardozo

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