Sobre el scrum: «Se deben sentar a la mesa a los que saben»
Hace 20 años, o más, que vengo escuchando conferencias de prensa o charlas sobre el scrum y todas son las mismas. Lloramos sobre la leche derramada. Hoy escuché una más y van. . .
Es evidente que a esta formación la descuidamos hace más de 20 años y justamente los países potencias en este deporte no hicieron lo mismo sino todo lo contrario, la fortalecieron.
Ha llegado la hora de dejar de tenerle miedo al scrum, que es la chapa patente de este hermoso deporte, y enseñar a formar un scrum desde las categorías juveniles. En este país, lo primero que se hizo es combatir esta formación con reformas de reglas improvisadas. “Es el lugar donde comienza a definirse, qué es lo que va a pasarle a un equipo durante un partido”, coincidimos todos.
En Los Pumas, en todos los partidos, luego del tercer o cuarto scrum, aparecen los problemas de solidez y ahí es cuando nos damos cuenta qué es lo que puede pasar en lo que resta del juego. Los primeras líneas tienen que tener ese fuego sagrado y a la vez desarrollarlo para que lo utilicen como corresponde, por el bien del equipo. No es fácil, esto requiere mucho trabajo y entrenamientos duros, pero hay que entender que no queda otra. Es el único camino.
Está claro que no hay que descuidar nada y principalmente el juego por su evolución, por su dinámica y además por la atracción que significa un partido de rugby para el espectador.
Hay que volver a las bases y encarar a la máquina de scrum como si fuese la biblia»
Hoy se cuenta con todos los medios para preparar un primera línea, suficientes para fortalecerlos en el concepto del juego y a través de ello utilizar sus destrezas. Esta formación es evidente que tiene sus secretos y cada primera línea los guarda como lo más preciado.
El scrum es lo que más cuesta. Siempre se buscan justificativos. Hay que volver a las bases y empezar con el sacrificio de encarar a la máquina de scrum como si fuese la “biblia“. Se deben sentar a la mesa a los que saben y no a aquellos que le tienen miedo al scrum. Hay que cuidar la integridad del jugador pero qué mejor forma de hacerlo que enseñarles y no que le escapen a una formación que también es plataforma de ataque.