«Un empate, con sabor a victoria»

 «Un empate, con sabor a victoria»

Escribe: Emiliano Martín Soria. Periodista tucumano en www.scrum.com

La igualdad en 15 puntos entre Los Pumas y Australia dejó mucha tela para cortar. En Newcastle, los dirigidos por Mario Ledesma ratificaron que dejaron atrás ese equipo que en el Mundial parecía tener la mandíbula floja y ante el primer golpe quedaba a merced de su rival. La fortaleza mental que adquirieron en este tiempo hacen que no caigan en la desesperación y no aflojen ante la adversidad, como lo marca la historia de la camiseta que representan.

Lo cierto es que ni el más fanático hincha de Los Pumas hubiese imaginado un arranque del Tres Naciones como el que se dio. Triunfo histórico ante Nueva Zelanda por 25 a 15 y un empate ante Australia, que puesto en cualquier contexto, pero más aún con la larga inactividad del seleccionado argentino, son mucho más que positivos.

A pesar de esos dos grandes resultados, los rendimientos entre uno y otro encuentro fueron muy disímiles. En Newcastle, Argentina jugó mal. No se sintió cómodo nunca y se terminó llevando dos puntos con sabor a victoria en un duelo que le fue adverso y en el que la mayoría del tiempo fue dominado.

La supremacía de Australia fue mucho más marcada en el primer tiempo, donde impuso condiciones en el contacto, dominó en las formaciones fijas (sobre todo en el scrum) y casi que monopolizó el control de la ovalada.

En ataque no hubo construcción porque las formaciones fijas no funcionaron y sin pelotas fue casi imposible generar nada»

La defensa de Los Pumas respondió, pero por momentos tuvo grietas y cayó en la indisciplina. En ese sentido, la imprecisión de los Wallabies en los metros finales y el empecinamiento de no buscar los palos por parte del capitán Hooper, fueron un gran aliado para que la brecha en el marcador sea exigua. El lineout defensivo fue otro bastión que ayudó a recuperar algunas pelotas y tomar oxígeno.


En ataque no hubo construcción porque las formaciones fijas no funcionaron y sin pelotas fue casi imposible generar nada. Solo la puntería de Nicolás Sánchez le permitió salir del cero a un equipo inconexo y maniatado, pero que tuvo la virtud de ser muy efectivo, casi sin pisar los 22 metros rivales.

En el banco de suplentes, Mario Ledesma encontró mejores respuesta que Dave Rennie, y eso resultó fundamental para llegar a la igualdad, en el contexto de un partido que en los últimos 20′ se volvió anárquico, ordinario y con más errores que aciertos. De hecho, un par de penales infantiles y un par de pescas en el ruck en el campo rival le dieron la posibilidad a Los Pumas de estampar un empate, que por lo hecho en el terreno de juego, poco mereció.

Es indudable que el desgaste físico se sintió en Los Pumas, que no pudieron mantener el nivel, pero terminaron guapeando y encontrando la luz al final del túnel, en un duelo que todo el tiempo fue muy cuesta arriba. La fortaleza mental y la puntería de Sánchez, lo hicieron posible.

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