Análisis: «Un baño de realidad»
Escribe: Emiliano Martín Soria. Periodista tucumano en www.scrum.com
El 38 a 0 del resultado final quizás sea la mejor manera de analizar el rendimiento de Los Pumas en Newcastle. Claramente estuvo muy por debajo de sus posibilidades, al margen del nivel que mostró el rival.
Argentina nunca estuvo en partido, por virtudes ajenas y por limitaciones propias. El seleccionado argentino no hizo pie en un duelo que desde la primera acción tuvo como claro dominador a Nueva Zelanda, que salió con otra actitud y concentración, deseoso de revertir la mala imagen que había dejado en sus últimos dos test.
Quizás la actitud para defender sea lo único positivo que se pueda encontrar en esta presentación».
La batalla en el contacto fue ganada por los hombres de negro, que siempre avanzaron ese metro importante, no dieron muchas oportunidades a la defensa para pescar y allí con los forwards, les empezaron a marcar la cancha a Argentina.
Las formaciones fijas y sobre todo el scrum fueron un calvario para los delanteros argentinos, que no encontraron un punto en el que apoyarse para reconstruir un partido que desde el minuto uno pareció demasiado cuesta arriba.
Sin pelotas de calidad, e imprecisos en las pocas posesiones que pudo tener, el camino hacia el ingoal neozelandés se hizo eterno. Los All Blacks volvieron a ser los All Blacks. Más precisos y quirúrgicos tanto en sus decisiones como en sus ejecuciones, no le dieron ni la más mínima chance a Los Pumas de meterse en partido.
Quizás la actitud para defender sea lo único positivo que se pueda encontrar en esta presentación. La defensa en general no se puede calificar como muy buena, porque Nueva Zelanda quebró en muchas oportunidades, y si el marcador no fue más abultado, es porque en los metros finales carecieron de claridad y precisión para traducir su abrumadora superioridad.
El poco ritmo de competencia y el desgaste pueden buscarse como atenuantes, pero lo cierto es que el bajo rendimiento de Los Pumas se explica desde el juego. Tanto ante Australia como en este tercer encuentro, los dirigidos por Mario Ledesma estuvieron flojos en la obtención, casi que no generaron ataques claros, fueron superados en el contacto, tuvieron muchas imprecisiones y por consiguiente, estuvieron casi obligados a defender la mayor parte de los 80 minutos. Sin argumentos rugbísticos para pelear se apeló al corazón… y solo con el corazón no alcanza.
