“Una final cerrada, de pocos puntos»: el partido que imagina del Barco
Antes de su entrenamiento de jueves por la noche, Álvaro del Barco, el árbitro designado para la final entre Tucumán Rugby y Natación y Gimnasia, atiende a Scrum 5 Radio (jueves 20hs por la 106.9) y palpita el gran duelo de este sábado a las 16:30. Será su segunda final. Del Barco también pitó en la última vez que Natación fue campeón, el 17 de septiembre de 2017, de local, frente a Lawn Tennis.
“Es una linda semana. Es un partido distinto, especial y así como los jugadores, el réferi también lo vive de una manera especial, se va imaginando y va pensando el partido”, cuenta el árbitro, de 36 años y de profesión abogado. Con 10 temporadas en Primera sobre el lomo (debutó en 2011, en un Lawn Tennis – Jockey Club), del Barco habla de los nervios de estos días: “Siempre están. No sería humano si no estuviese un poco nervios. Eso me ayuda a estar más metido y concentrado en lo que tengo que hacer”, admite. Y sigue describiendo la antesala del gran partido: “Cada uno tiene su manera de vivirlo y sentirlo, yo en lo particular soy de pensar cómo se puede llegar a dar el partido, según el juego de uno y de otro equipo. Trato de tener esa lectura del juego que nos piden a los árbitros, permitiéndole al que tenga la pelota que haga su juego y al que defienda que lo haga de manera leal”.
Y en eso de imaginar, para Álvaro “va a ser una final muy dura, bien complicada y no creo sea un partido abierto ni de muchos puntos, será más bien una final cerrada, de pocos puntos”.
“Es clave hablar previamente con los capitanes para que los jugadores mantengan la conducta”, comparte del Barco, hombre de Universitario. “A nosotros nos recomiendan no hablar durante los partidos con los jugadores. Solo en la previa, con los capitanes. Es lo aconsejable, menos con jugadores grandes, que en teoría ya saben lo que tienen que hacer”, avisa el juez, quien en la Final del torneo Apertura estará acompañado por sus pares, Pedro Vildoza y César Ponce.
LO MÁS BRAVO
Así como a algunas situaciones las controlan de taquito, existen otras a la que los árbitros le siguen buscando la vuelta. Son bravas. Hablando de las situaciones del juego, del Barco reconoce que “lo que más cuesta es el scrum. Es difícil detectar al primer infractor, siempre llegamos al segundo o tercero. Esa formación es lo más complejo. Luego, las situaciones de tackle y de pos tackle”.
Sobre las mañas de los jugadores en el scrum, admite que “sobran. Hay muchas”, aunque también destaca que “en el rugby de hoy, moderno, sobre todo a las limitaciones que le pusieron al scrum, hicieron que los jugadores empiecen a colaborar un poquito más”.
La Final está encima. Álvaro del Barco, como todos los involucrados, convive con una montaña rusa de emociones: ansiedad, nervios, expectativas y alegría y con unas ganas tremendas de salir a la cancha. Ante todo eso, el árbitro hace una pausa y sobre esta designación, dice: «Estoy muy agradecido, porque se tiene en cuenta el esfuerzo de tantos años”.